En la tertulia de esta tarde-noche tendremos como invitada a nuestra ateneísta Alicia Martínez. Nos guiará, a través de un  ambiente propicio, en la filosofía Zen.

A modo de presentación nos dice:

El Zen, al fin y al cabo, es lo que no puede decirse, siempre desnudo de conceptos, desnudo también de experiencias. Los conceptos, las palabras, si se utilizan es solo para que el iniciado alcance la comprensión de que todo comienza más allá de ellas. Es un camino austero, despojado de distracciones mentales y conduce a la pobreza del “hombre que nada desea, nada sabe y nada posee” M. Eckhart.

El Zen nos invita a recorrer el camino hacia “una vacuidad perfecta que es también perfecta plenitud” Thomas Merton. Pero ni siquiera la vacuidad es una meta, el camino tiene sentido en sí mismo, porque es caminando como el practicante se da cuenta de que todo se encuentra en el paso que está dando, el único paso que realmente existe.

Y añade:

Me gustaría compartir con vosotros  un poema Zen, del siglo XII, que casi resume en sí mismo lo que es el Zen, si es que pudiera sintetizarse de alguna manera. Este poema no está hecho para ser “comprendido”, sino para escucharlo, con la mente y el corazón abierto, dicen que hay que escucharlo como oiríamos caer el agua de una cascada.

Los discípulos de Zen se caracterizan por ser muy preguntones, andan buscando, anhelando conocimiento, respuestas, llegar pronto a lograr algo palpable, y los maestros Zen se pasan todo el tiempo desencantándolos, para hacerles entender que no hay objetivos, que tenerlos puede ser su mayor obstáculo. Hay un dicho que lo explica bien:

“Una vez preguntaron a un Maestro Zen:

-¿Qué es Tao?

– Es la mente nuestra de cada día.

-¿Qué es nuestra mente de cada día?

– Cuando estás fatigado, duermes, cuando tienes hambre, comes.”

El Zen y los pájaros del deseo. Thomas Merton.

Alicia Martínez Martínez

Bibliografía  Zen y su práctica.

Mente zen, mente de principiante. Shunryu Suzuki. Ed. Gaia

Los tres pilares del Zen. Roshi Philip Kapleau. Ed. Gaia.
El esplendor de la nada. Rafael Redondo. Ed. Desclée de Brouwer.