Los objetos cotidianos tienen historias ocultas que esperan ser contadas. Unos son fetiches del pasado, otros conservan trozos de nuestra historia o de la historia de otros.

En esta ocasión, nuestro grupo de fotografía ha elegido un objeto cotidiano de presencia silenciosa pero constante que marca las horas y momentos del día…

Objeto humilde que acompaña y alegra los despertares con olor a tostada y croissant.

Las que nos esperan en la bulla de bares y barras donde se mezclan voces y risas, en la pausa del trabajo.

La que cogíamos con inquietud apurando su líquido hasta el fondo cuando los libros nos acorralaban en tiempos de exámenes.

La tabla de salvación en las noches de vigilia cuando el sueño no quiere acompañarnos. Y nos revolvemos inquietos en la cama esperando que llegue un nuevo y claro día.

La que acompaña y nutre las charlas animadas en las tardes de invierno junto a los amigos, añorando aquellos cafés con mesas de mármol y sillas de madera, ya tristemente perdidos en el correr del tiempo.

Algunas descoloridas, refugio de inconformismos y rebeldías de ayer, otras, banderas de modernidad.

Todas llenas de belleza, de sensaciones y sentimientos…

La “Taza” es un objeto cotidiano provocador y evocador de momentos y recuerdos que pueblan y enriquecen nuestra memoria.

Nuestra tarea es bucear en la memoria y conseguir transmitir, recuerdos, sabores, sensaciones y aromas con nuestras fotografías de este pequeño objeto.

¿Lo conseguiremos?