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La dignidad del retrato. Inauguración de la exposición del pintor Alejandro Mairena Morales.

30 Mar 2017 - 31 Mar 2017
EL RETRATO

Al alma se enfrenta el mirar
en lance de la pintura,
ojo que ve la aventura
de hacer la imagen inmortal.

Alejandro Mairena Morales

Licenciado en Bellas Artes en la Especialidad de Pintura por la Universidad de Sevilla en la
promoción 2008-2013.
Sus obras forman parte del fondo de distintas entidades e instituciones, entre las que se
encuentran el Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, el fondo
permanente del Museo “Santa Clara de Asís”de Zafra (Badajoz), el Ilmo.  Ayto. de Bollullos Par
del Condado (Huelva), Bodegas Acosta y en numerosas colecciones particulares.
Posee diversos premios a nivel local, provincial y nacional.
Ha realizado numerosos carteles y diseños para CD´s, atrezzos, y logotipos para empresas.
Ha participado en numerosas publicaciones y webs oficiales como articulista.
LA DIGNIDAD DEL RETRATO
Desde que inicié mi camino en la senda de las Bellas Artes, decliné mi elección hacia la pintura y, dentro de la pintura, hacia la figuración y el retrato. Me resultaba curioso ver cómo, tanto en la facultad como fuera de ella, en el panorama pictórico contemporáneo eso del retrato sonaba ya a rancio, como a obsoleto; una carcoma plástica, vaya. Y ése es el inicio de mi frustración. Para empezar, nunca me gustó el término de “arte contemporáneo”. Y no es precisamente por el adjetivo “contemporáneo”, puesto que es, sencillamente, una palabra que define el aspecto temporal presente de algo, sino por la connotación que en el círculo artístico ha adquirido: una especie de valor cerrado de nuevas formas y métodos de hacer arte, donde el oficio, la técnica y muchas veces el contenido quedan subyugados a la experimentación y la novedad; donde lo repensado, lo reconocible y las ideas trabajadas se pierden en el reverso de las nuevas tendencias de un arte ininteligible, ilegible e inentendible para el espectador no profesional y llano, pero saturado con una verborrea inconmensurable y tediosa del autor y de algún que otro defensor que añade unas cuantas referencias también verborreantes que apoyan tal magno acto de hacer arte – o pintura, que es, para el caso, lo que a mí me concierne-. Así que yo, desde siempre, me cerré en banda a iniciarme en ese poderoso mundo de las nuevas tendencias, y sin sentirme rancio ni obsoleto, sino más bien digno de haber elegido este camino aunque resultara ser el más angosto, pinté y sigo pintando retratos. Soy retratista. Lo contemporáneo es lo que se ejecuta hoy, en la actualidad, ahora mismo. Este mismo texto tiene la ineludible ventura o desventura de tener contemporaneidad. Esa contemporaneidad se irá perdiendo a medida que lo presente se desvanezca y se transforme en un hecho que aconteció en el pasado, reciente o más alejado, y ese pretérito sustituirá al presente casi instantáneamente. Por eso lo contemporáneo puede ser una abstracción, puede ser una instalación de condones recién usados sobre una taza de té, una videoinstalación sobre la metamorfosis de un cuerpo humano durante su vida, una serie fotográfica de montañas de periódicos sobre camas de hospitales sirios ruinosos o un retrato pintado de forma realista, a la forma clásica de pintar, siempre que se realice hoy, en el presente. Lo demás es pura propaganda artística segregacionista. El retrato fue por antonomasia el tema de la pintura hasta la aparición de la fotografía. Con la fotografía, el retrato era más directo y momentáneo y captaba en dos dimensiones con una exactitud nunca antes lograda todo lo que se pretendiese retratar. Esta innovación supuso una revolución en la pintura, que comenzó a indagar en otras vertientes queriendo traspasar sus propias limitaciones. Y lo consiguió, pero a posta de ello se han ido produciendo diversos crímenes por el camino. Primero fue sumergiéndose en el ámbito del movimiento, del espacio, de lo instantáneo y lo fresco con el impresionismo, hasta la invención de la máquina de cine o de los fotogramas en movimiento de los hermanos Lumière. Luego ahondó en nuevas formas durante las vanguardias, hasta que el arte llegó al acabose de todo dogma con el dadá. Y así, a nuestros tiempos. Muchos pintores retratistas de hoy en día observan con frustración que el círculo de arte contemporáneo actual es una élite que impone sus propias normas y doctrinas y no acepta el arte que están desarrollando. Paradójicamente, aquello que en inicio venía a acabar con el elitismo, se ha transformado en la forma más elitista de hacer arte. Para mí el retrato sigue siendo el santo y seña de las temáticas pictóricas. Exprime la expresión, el alma del retratado y la lleva a la eternidad. Un retrato es la forma de hacer psicología con la pintura: con él puedes verte a ti mismo y a tu observación a través de la persona que estás retratando. Eso sólo lo consigue el retrato, por eso nunca decaerá su dignidad, por eso nunca morirá aunque pretendan enterrarlo.
Alejandro Mairena

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Detalles

Comienza:
30 marzo, 2017 | 10:00 pm CEST
Finaliza:
31 marzo, 2017 | 12:00 am CEST
Categoría del Evento:

Local

Ateneo de Mairena del Aljarafe
C/ Juan Ramón Jiménez, s/n - Mairena del Aljarafe Sevilla 41927 España + Google Map
Teléfono:
955600911
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